Este otoño, hemos disfrutado de la explosión de colores que nos muestran los bosques pirenaicos. Aprovechando el puente de noviembre, nos vamos al Pirineo para disfrutar de unos días de tranquilidad, pasear y fotografiar la grandeza de estos paisajes, que se preparan para soportar el viento, hielo y nieve de un duro invierno. Ascendemos hasta la cola de caballo, de forma relajada, disparando fotos, recorriendo los senderos y contemplando las numerosas cascadas de agua que surcan el fondo del valle. En las gradas de Soaso, el Monte Perdido se muestra con su primer manto blanco, indicando que el invierno ha llamado a la puerta de estas grandes y valientes montañas. En la cola de caballo, disfrutamos de los últimos rayos de sol del otoño.
Cascadas rebosando agua
Cascada de Sorrosal en Broto
Peña Montañesa desde Ainsa
Peña Foratata desde Lanuza
Paredes y colores otoñales en Ordesa
Explosión de colores
Tozal del Mallo
Paredes del Gallinero
Hayedos abetales
Corrientes de agua camino de la Cola de Caballo
El Monte Perdido nos da la Bienvenida
Gradas de Soaso
Chova
En la Cola de Caballo
Pueblo de Torla
Gato reposando cómodamente en Lanuza
Disfrutamos de la gastronomía Pirenaica
El invierno ha llamado a la puerta de estas montañas
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